Te presentamos a Mark, un exitoso hombre de negocios que siempre ha tenido el control de su vida. Al entrar en la cincuentena, empezó a notar algunos cambios en su cuerpo que no podía ignorar. A pesar de su ajetreada agenda y sus frecuentes viajes de negocios, Mark siempre había conseguido mantener un estilo de vida saludable. Pero últimamente comía de forma poco saludable, se saltaba comidas y le costaba encontrar tiempo para hacer ejercicio. Sus niveles de energía habían bajado y le costaba seguir el ritmo de su exigente carrera. Para empeorar las cosas, Mark notó algunos cambios no deseados en su cuerpo. Empezó a ganar peso en lugares donde antes no lo hacía y su digestión ya no era tan fiable como antes. Todo se estaba volviendo muy difícil de sobrellevar y le costaba concentrarse en su trabajo. Mark solía ser capaz de recuperarse de cualquier cosa, pero ahora le costaba recuperarse incluso de los contratiempos más pequeños. Estaba constantemente cansado y tenía problemas para dormir, y su autoestima estaba por los suelos. Empezó a preocuparse por si dejaba de ser atractivo. La idea de hacerse mayor le asusta cada vez más.