Caso práctico 2: El infarto de Rob
La profesión jurídica puede ser un entorno de alta presión y ritmo acelerado, con muchos retos que pueden contribuir al deterioro de la salud. En este estudio de caso, compartiré la historia de Rob, un abogado de éxito que sufrió un infarto a los 67 años, a pesar de no tener factores de riesgo habituales de cardiopatía.
Síntomas y diagnóstico:
En una hermosa tarde de verano, Rob sintió un fuerte dolor en el pecho y le faltaba el aire. Su mujer le animó a acudir a urgencias, donde le hicieron varias preguntas sobre sus síntomas. Tras una serie de pruebas, como un electrocardiograma (ECG), un cateterismo cardiaco y análisis de sangre, le diagnosticaron un infarto. El cardiólogo le recomendó que se pusiera un stent en el corazón para mejorar el flujo sanguíneo, a lo que Rob accedió.
Causa subyacente del infarto:
Rob no estaba satisfecho con la respuesta de su cardiólogo de que su infarto se debía a su edad y decidió buscar un enfoque más integrador para determinar la causa subyacente de su infarto. Así que acudió a mí a través de otro médico que conocía mi enfoque.
Revisé las pruebas y recomendé pruebas adicionales para la mutación MTHFR y la proteína C reactiva (CRP). La MTHFR es un gen que desempeña un papel importante en el procesamiento de aminoácidos, y las personas con mutaciones en la MTHFR tienen problemas con la desintoxicación, lo que provoca daños vasculares y mayores probabilidades de coágulos arteriales. La PCR es un marcador sanguíneo de la inflamación del organismo. Rob dio positivo tanto en la mutación MTHFR como en la PCR de alta sensibilidad
mutation and highly sensitive CRP.
Tratamiento:
Abordé ambas afecciones con un plan de nutrición modificado y cambios en el estilo de vida, vitaminas B metiladas de alta calidad diseñadas específicamente para personas con la variante MTHFR y curcumina, conocida por sus propiedades antiinflamatorias. También le receté clases de bienestar mente-cuerpo-espíritu y terapia para ayudarle a desestresarse. Rob sigue tomando estatinas debido a su endoprótesis, pero ya no toma anticoagulantes y lleva una vida vibrante más de una década después.
Conclusión:
El caso de Rob pone de relieve la importancia de buscar una segunda opinión y explorar las causas profundas de los problemas de salud, incluso cuando los tratamientos médicos convencionales parecen haber resuelto el problema inmediato. Al abordar las afecciones subyacentes que contribuyeron a su infarto, Rob pudo cambiar su estilo de vida y tomar suplementos para mantener su salud, lo que le permitió mejorar su calidad de vida.